Crisis y agotamiento de los modelos
CRISIS Y AGOTAMIENTO DE LOS MODELOS
El modelo de desarrollo compartido, instrumentado por Echeverría,
constituyo un primer intento de corrección de los desequilibrios acumulados
durante la etapa del desarrollo estabilizador. Pero, dicho intento coincidió
con la crisis del sistema político mexicano. La falta de consenso entre los
distintos sectores sociales no solo hizo inviable la implementación de los
cambios, sino que a la larga, propicio que el Estado asumiera políticas que
solo profundizaron los desequilibrios estructurales.
Algunos economistas, como
Leopoldo Solís (1980), argumentan que el modelo de desarrollo compartido fracasó
en buena medida porque el objetivo de redistribuir el ingreso no contó con un
instrumento de política económica, como la reforma fiscal, que lo hiciera
posible. Más allá de las especulaciones, lo cierto es que la cadena de malas
decisiones que se tomaron durante ese sexenio derivó en una crisis que, además
de económica, fue también de orden político.
Para principios de la década de
1980, ya en el modelo de desarrollo acelerado, la vulnerabilidad del aparato
productivo nacional y los desequilibrios estructurales del modelo de
crecimiento eran ya insostenibles. El empleo crecía por debajo de la tasas de
crecimiento de la población Económicamente Activa (PEA), el poder adquisitivo
del salario real había retrocedido a los niveles de mediados de la década de
1960 era de apenas 5%, alcanzaba para 1982 niveles de 85% (Huerta y Chávez,
2003).
En 1981 se rompió la racha
alcista del mercado internacional del petróleo. El déficit fiscal, generado por
la caída en los precios del crudo y el aumento en las tasas de interés
internacionales, derivó en una profunda crisis que obligó a devaluar nuevamente
la moneda y a expropiar la banca privada, con lo cual se rompió la alianza histórica
entre gobierno y sector privado.
En 1982 el PIB real
decreciò-0.5% respecto del año anterior. Las exportaciones cayeron 40% y la
carga financiera de las empresas aumentó 300% en un solo año. Para subsanar el déficit
en el sector público- que en 1982 alcanzaba el 16.9% del PIB, más del doble que
el nivel registrado en 1980- el gobierno recurrió a la emisión de papel moneda.
Esto tuvo como consecuencia que a finales de ese año se registrara una inflación
de 100%, con una tendencia creciente (Cárdenas, 2015).
Sin dinero para hacer frente a
sus obligaciones, el gobierno mexicano se vio forzado a recurrir a los
organismos financieros internacionales, los cuales condicionaron su respaldo a
la aplicación de programas de estabilización y ajuste estructural. El modelo de
desarrollo acelerado quedaba con ello formalmente clausurado.
https://www.youtube.com/watch?v=PYCaC5sc7C8
https://www.youtube.com/watch?v=xA0ayZzM4PY
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